Las huellas del coronavirus: a 5 años de la pandemia que cambió al mundo
https://www.c5n.com/sociedad/las-huellas-del-coronavirus-5-anos-la-pandemia-que-cambio-al-pais-n194447
El 20 de marzo
de 2020 se decretó en la Argentina el Aislamiento Social, Preventivo y
Obligatorio frente a un virus desconocido, que afectó las estructuras
económicas, políticas, sociales y culturales. ¿Cuáles fueron las consecuencias
psicológicas y sociales que persisten hasta ahora?
¿Estamos
preparados para una nueva pandemia?
Este 20
de marzo se cumplen cinco años del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio
por el COVID-19 decretado en la Argentina ante la llegada de un virus
desconocido que había irrumpido para cambiar el mundo. La pandemia de
coronavirus afectó las estructuras económicas, políticas, sociales y
culturales alrededor del planeta y generó la muerte de unos 14
millones de personas entre 2020 y 2021.
La pandemia
comenzó con desconcierto, desde que Wuhan, en China, reportó el primer caso:
desde ese diciembre de 2019 hasta el primer caso positivo en nuestro país,
pasaron casi tres meses. La simples costumbre de saludar a alguien con un beso
fue reemplazada por el más frío pero ascéptico choque de puños o codos, los
barbijos se transformaron en un esencial a la hora de salir de casa y la
incertidumbre sobre el futuro crecía.
El coronavirus
transformó de manera abrupta la vida cotidiana de la sociedad, que se
tuvo que adaptar a ciertas medidas de aislamiento para no exponer su vida o la
de sus seres queridos. El 7 de marzo de 2020 se reportó la primera muerte en
Argentina, y solo dos semanas después se contabilizaban cuatro fallecidos y más
de 200 contagiados.
Todo se
desarrolló de una manera vertiginosa, casi sin freno, ahora que lo observamos
en retrospectiva. Pero, ¿qué cosas aprendimos? ¿Cuáles fueron las
consecuencias psicológicas y sociales que persisten hasta ahora? Para
analizarlo de forma precisa, C5N habló con el
historiador Pablo Vommaro, docente e investigador de la UBA,
CONICET y CLACSO, y con Marcero R. Ceberio, doctor en
Psicología, Psicoterapeuta e investigador.
"Los
efectos de la pandemia todavía se pueden observar, todavía son totalmente
palpables y tienen que ver, sobre todo, con varios efectos a nivel
vincular, afectivo, emocional, creo que son los principales efectos y sobre
todo cómo repercuten en las nuevas generaciones", explicó Vommaro.
El sociólogo
señaló que principalmente la pandemia repercutió en jóvenes que la transitaron
con 15, 16 o 17 años y que hoy tienen 20, 21, o 23. En esta franja etaria repercuten
las transformaciones en el modo de sociabilidad, ya que no pudieron ver a sus
amigos o no pudieron tener encuentros presenciales, donde "se sintieron
de cierta manera abandonados, con sus proyectos de vida truncados o
postergados".
También "hay
efectos vinculares, materiales y también de formas de producir o de
desempeñarse en la vida y construir proyectos que todavía perduran, en su
mayoría vinculados con no sentirse escuchados", señaló. Algo que
ocurrió en 2020 fue que, en un momento, los y las jóvenes fueron culpabilizados
como los principales promotores de los contagios.
Otra de las
repercusiones que tuvo la pandemia, fue la intensificación del mundo digital:
"Muchas redes sociales cuyo uso se amplificó o se masificó. Por ejemplo,
TikTok, que hoy en día sigue siendo una red muy influyente".
Vommaro detalló
que la pandemia es una amplificadora y profundizadora de muchas tendencias
sociales o dinámicas que venían desde antes y, entre otras cosas, "profundizó
fuertemente las desigualdades sociales, las desigualdades sociales
multidimensionales".
¿Cambió la
sociedad tras la pandemia?
"No
somos los mismos que antes que después de la pandemia, no necesariamente para
mejor", sentenció el sociólogo y reflexionó
sobre que "muchos pensábamos que la pandemia nos iba a llevar a valorizar
lo público, nos iba a llevar a encontrar otras reglas de convivencia, que nos
iba a llevar a formas de comunicación y de vínculo social distintas y más
igualitarias en un punto, o de más colaboración y de más cercanía, más
solidarias".
Sin embargo, en
contraposición, fueron las tendencias que tienden al individualismo, a la
competencia, a la desigualdad y la exclusión, las que se convirtieron en
predominantes.
¿Cómo afectó
a las nuevas generaciones?
"Creo
que hay un descontento en las nuevas generaciones, un malestar que se
profundizó con la pandemia. No hablaría de apatía porque hay un
compromiso social desde la bronca, desde el descontento, desde la desazón. Todo
lo conocido no sirvió, busquemos otras alternativas y busquemos otras
posibilidades u otras propuestas, otros caminos", explicó Vommaro.
Para el
sociólogo sigue habiendo una búsqueda de estar con otros, porque aun grupos
violentos, autoritarios, con discursos de odio, están proponiendo formar
partidos políticos y están convocando a que sean votados y están movilizando de
cierta manera a la población que los apoya.
"Entonces
yo no hablaría de apatía, hablaría de otras formas de asociatividad, hablar de
descontento, de desazón, de desencanto, de defraudación, de expectativas y de
otras búsquedas", cerró.
¿Estamos
preparados ante una nueva pandemia?
A pesar de que
vivimos en un mundo más individualista y competitivo, "la Argentina
es una sociedad profundamente colaborativa, o sea, que busca la unión ante las
emergencias. Hay un nivel de asociatividad y de organización capilar,
territorial, molecularizada, especializada y local que sigue siendo fuerte y
que emerge cuando la coyuntura o cuando la situación así lo exige o lo
demanda".
Sin embargo, el
sociólogo advierte que afrontar una pandemia en la actualidad "con
la salud cada vez más mercantilizada, con una salud pública
destruida, con personas que son antivacunas, que ocupan cargos
públicos o tienen legitimidad en su discurso, con un gobierno que desprecia
lo público, que desprecia lo comunitario, que desprecia lo asociativo y lo
colectivo, estamos mucho menos preparados que antes".
"Hoy en
día, si hay una pandemia, con las actuales políticas en la Argentina,
autoritarias, violentas, regresivas, antiderechos, que profundizan
desigualdades, que destruyen lo público, estamos peor que en el 2019,
cuando comenzó la pandemia, o inicios del 2020", cerró.
Por su parte, Ceberio consideró
que "rápidamente hemos vuelto al egoísmo social, al individualismo, a
no revalorizar los vínculos como debíamos revalorizarlos". Faltó
tiempo para poder aprender de la experiencia y romper con el individualismo y
ser más solidarios, "en el sentido de sí éramos capaces de no olvidar esta
experiencia del COVID-19 y entender que en cada uno conviven muchos
otros". "Nos faltó más tiempo y más reflexión sobre el tema
de la pandemia", cerró.
A cinco años
del aislamiento obligatorio: ¿Cómo cambió la forma de relacionarnos?
Cinco años
después, la sociedad parece habar aprendido mucho sobre las pandemias, y
también a estar preparada para eventos similares en el futuro. Pero, por sobre
todo, las personas aprendieron a relacionarse de manera diferente. "Modificó
los aspectos o las dimensiones vinculares, afectivas, emocionales de la
sociedad y de las personas y la forma de vínculo totalmente", afirmó
Vommaro.
La vida pública
se retrajo al espacio privado durante meses, estuvieron restringidos o vedados
totalmente los encuentros presenciales, espacios de encuentros juveniles como
las escuelas estuvieron cerradas muchos meses, al igual que las prácticas
deportivas. A pesar de esto, "la pandemia nos demostró que la
presencialidad sigue siendo muy necesaria y que hay una búsqueda del encuentro
presencial más allá de la sociabilidad digital o virtual".
De todos modos,
"hay una sociedad más individualista, con individuos más replegados sobre
sí mismos, pero creo que la búsqueda de los encuentros y de estar con otros y
otras continúa y persiste".
La
importancia de la salud mental
Los cambios que
generó la pandemia afectaron de diferentes maneras a las personas, y para Ceberio tanto
el aislamiento como la incertidumbre que generaba el coronavirus fueron
productores de ansiedad muy intensos: "Los primeros 15 días de pandemia
aparecía la ansiedad, la angustia y la incertidumbre", expresó el
especialista.
Tiempo después,
la angustia cambió al miedo y parcialmente a la bronca y rabia. "La gente
que empezó a hastiarse, a cansarse de lo incierto, del no saber, de la falta de
contacto, de no poder salir de la casa, todo esto empezó a generar
bronca", señaló.
Para el
psicólogo, cada uno construye una realidad determinada y cada uno sobrevive el
tema de la pandemia de manera diferentes: "Hubo tantas pandemias como
habitantes hubo en el planeta, porque cada uno vivió de una manera
absolutamente particular y subjetiva el aislamiento y la probabilidad de
contagio".
A diferencia de
los jóvenes, los adultos mayores "tuvieron una sensación un poco
más apocalíptica y riesgosa porque estaban en la población de riesgo, los
mayores de 60", contó el especialista. Claro, esa sensación no
solo estaba marcada por la edad, sino también por el espacio en el que vivían,
no era lo mismo estar encerrado en un monoambiente en CABA que en una casa con
patio.
A todo esto, se
suman las redes sociales y la sobrecarga de información que el mundo vivió
durante los primeros meses, ya que "fue un elemento dañino que
incrementó la ansiedad, la angustia, la tensión y la incertidumbre, y eso
generó actitudes conspirativas y paranoides", determinó Ceberio.
Por último,
durante la pandemia también se empezó hablar de la soledad. El psicólogo
explicó que "se revalorizó la soledad durante la pandemia Fue
un elemento clave porque todos en mayor o menor medida estuvimos solos
de alguien, solos de una pareja, solos de la familia, solos de amigos... creo
que se revalorizó la soledad en función de esto, pero también, al estar solos,
también valorizamos mucho la importancia de los vínculos".
Muchas veces la
soledad está relacionada con un aspecto negativo, pero para el psicólogo
"cuando uno está bien con uno mismo, es un valor buenísimo". A pesar
de la soledad, las personas a la larga pudieron volver a reencontrarse con sus
seres queridos. Esto, también generó un cambio ya que "alguna de las
secuelas que quedaron es justamente es valorar la amistad, valorar las
relaciones que son profundas, intensas, valederas".
Con todo este
contexto, la salud mental comenzó a cobrar un rol más importante que en otros
tiempos. Frente a una situación que nunca habíamos vivido y la
incertidumbre "no teníamos los tapabocas emocionales, es
decir, la protección emocional", aclaró el psicólogo, quien a partir de
las nuevas formas de relacionarse vía internet y a través de las videollamadas,
permitía acceder a sesiones de terapia a un clic de distancia y de una manera
más sencilla.
Esto facilitó el
contacto, la posibilidad de tener a alguien que escuche es una modalidad que se
instauró y persiste. "La mayoría de los psicólogos tenemos un 90% de las
consultas con teleterapia, a menos de que trabajemos por decisión propia
únicamente de manera presencial. Y entonces me parece que ese es un valor
absolutamente importante que surgió a partir de la pandemia", concluyó.
https://www.c5n.com/sociedad/las-huellas-del-coronavirus-5-anos-la-pandemia-que-cambio-al-pais-n194447