03 junio 2025

El pensamiento crítico debe participar más del debate público

 Entrevista en el Diario Página 12

CLACSO renueva autoridades y el destacado investigador podría ser electo la semana próxima. Su mirada política sobre la región, entre el avance de las ultraderechas, la batalla cultural y el protagonismo que debe retomar la agenda progresista.

Pablo Vommaro es docente e investigador de la UBA, el Conicet y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Es candidato a la dirección ejecutiva de Clacso, que celebrará sus elecciones la próxima semana en Bogotá. Buscará suceder a la uruguaya Karina Batthyány, en un rol que han desempeñado profesionales de la talla de Atilio Borón y Emir Sader. Se trata de una institución no gubernamental, creada en 1967, con status asociativo en la Unesco. Reúne a casi 1.000 centros de investigación y posgrado en el campo de las ciencias sociales y las humanidades en 56 países de América Latina, el Caribe y otros continentes. 

Vommaro procura consensuar una agenda de acción renovada, centrada en la comprensión del avance de las ultraderechas y la definición del posicionamiento de la región frente a las transformaciones geopolíticas, al tiempo que cultiva un objetivo claro: instalar el pensamiento crítico de las ciencias sociales en la conversación pública.

--Usted es candidato a ser director ejecutivo de Clacso, ¿cómo y cuándo son las elecciones?

--Cada tres años, Clacso realiza una asamblea con todos sus centros asociados para decidir el futuro de la red. Mi postulación es a la dirección ejecutiva para suceder a Karina Batthyány, que ya cumplirá su segundo período. En 2018, se celebró en Buenos Aires, en 2022 (se retrasó un año por la pandemia) fue en México y en 2025, dentro de una semana, será en Bogotá. Cada centro tiene un voto, es de manera presencial y solo votan los centros latinoamericanos y caribeños, que constituyen dos tercios del total de instituciones.

--¿Cómo construyó su candidatura? ¿Con quién compite?

--Con miembros más de 220 centros nos venimos reuniendo desde hace un año aproximadamente para pensar una propuesta colectiva de cara a los próximos años. De esas reuniones surgió que quien exprese las ideas del colectivo fuera yo. Durante la asamblea que se celebrará en Bogotá, el primer día será de rendición de cuentas y deliberación de líneas prioritarias y el segundo día se vota. Inicialmente había tres candidaturas, pero una renunció y solo estaré con Isabel Piper.

--Desde su perspectiva, ¿cuál debe ser el rol de Clacso en relación a la política latinoamericana?

--Clacso tiene que poder fortalecerse como red para estar a la altura de asumir los desafíos que la región presenta. Uno de los temas principales son las democracias ante el ascenso de las ultraderechas o los neofascismos. Me refiero a Milei, a Bukele en El Salvador, lo que pasó con Bolsonaro en Brasil y lo que sucedió en otros países que, aunque no llegaron a ser gobierno, sí representan fuerzas que asedian y debilitan a las democracias.

--¿Por qué se produce esta avanzada de la derecha?

--Entre un montón de motivos a mencionar, hay deudas inconclusas por parte de las democracias. Desde las ciencias sociales tenemos que poder cuestionarnos por qué las democracias durante los gobierno populares no han cumplido con las expectativas, las necesidades y las demandas de las mayorías. Comprender la frustración de grandes conjuntos sociales en torno a las condiciones de vida que enfrentan. Clacso es la casa común del pensamiento crítico y emancipatorio latinoamericano y caribeño con proyección mundial.

--¿Lo de la casa común es en referencia a lo que decía el Papa Francisco?

--Lo pensamos en términos de una casa que nos cobija, que nos contiene. Queremos construir un espacio plural que albergue diferencias y que dé el ejemplo con el objetivo de contrarrestar la polarización política, que se vive en Argentina, pero también en otros países de la región. Es posible construir lo común en la diferencia.

--¿Qué otros temas son prioritarios?

--Uno muy importante es el posicionamiento de América Latina y el Caribe frente a las transformaciones acelerados en la geopolítica internacional. Tenemos que poder pensarnos estratégicamente como región para ver cómo nos ubicamos, desde las ciencias sociales críticas, frente al ascenso de China y de India, al declive de EE.UU. y Europa, y al crecimiento de los Brics, liderado por Brasil. Si queremos que la región tenga un rol mucho más firme y autónomo, también se puede pensar en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Celac, el espacio de integración que no excluye a ningún país.

--¿Estados Unidos está en declive?

--Estados Unidos, con Trump a la cabeza, patalea frente al declive. Está acorralado por todos lados, por eso chilla y da golpes, y en el camino, por supuesto, hace mucho daño. Ante los discursos racistas, xenófobos y los ataques a la soberanía que ejercen en Cuba, pero también en Panamá (y su interés en arrebatarle en canal), tiene que haber un posicionamiento de Clacso. Trump envalentona a las derechas regionales, y ello se ve claramente con Milei.

--Más allá del diagnóstico, ¿de qué manera se contrarresta a la derecha? ¿Cómo se puede fortalecer a las agendas progresistas desde las ciencias sociales?

--Se me ocurren tres maneras. Por un lado, necesitamos fortalecer la red Clacso, es decir, descentralizarla mucho más y apostar a un protagonismo mayor de los centros. Una gestión más capilarizada que hay que potenciar. En segundo lugar, tenemos que incidir en la disputa de sentidos, en la batalla cultural y las ideas. El pensamiento crítico, emancipatorio y transformador tiene que participar más de la conversación pública, por ejemplo, mejorando nuestras capacidades de acción en el mundo digital.

-¿Las redes sociales?

--Sí. Clacso tiene una capacidad de producir conocimientos, que se pueden convertir en contenidos para las poblaciones. Como te decía, necesitamos que nuestras ideas participen de la conversación pública. En tercera instancia, tenemos que articular mucho más con los movimientos sociales. Me refiero a procesos de co-producción y co-investigación con territorios y colectivos, porque creemos que hay una fuerte capacidad de resistencia a las derechas. Las organizaciones populares tienen mucha experiencia, por ejemplo, en el combate del avance del mercado para proteger al ambiente de los extractivismos.

--Usted es experto en juventudes, ¿qué rol tienen los jóvenes en la agenda de cambio que propone?

--Uno de los puntos en nuestra propuesta tiene que ver con un Clacso mucho más abierto a las juventudes y a las nuevas generaciones. Queremos una red más intergeneracional, que pueda salir al encuentro, que pueda escuchar a las juventudes, a los estudiantes y los activistas. Pensamos que ahí hay una disputa política, cultural e ideológica para dar. Tenemos que lograr una participación activa a partir del desarrollo de formas innovadoras. Tanto desde la política como desde la academia, las generaciones antiguas son las que monopolizan las decisiones. Por lo tanto, abriéndonos vamos a dar una disputa y vamos a poder fortalecer nuestras propuestas de cambio.

 Entrevista en el Diario Página 12